domingo, 25 de mayo de 2014

Ian II

El ceño que te frunce así como me aguantas, como me contienes y me esperas mientras yo te arrastro hasta mi puerta, cuando me incendias el pulso acrecentado de los kilómetros que te prometo, y de la garganta que se me revienta cuando choca en la pared de arcilla en la que te contemplas en silencio...
El sostén de mis caderas en la cornucapia de tus manos, de la biblioteca de los pasos que se han construido hasta encontrarte entre mis labios, entre mis sombras de castigo perdonado, del agua pura de la vida que respiras.
El espíritu que te describo al recorrer el halo fino de tu cuerpo, de la tierra que se ablanda al traspasar tu molde, el caminar de huellas que florecen bajo tu contacto, tu perfume de madera, el perfume de la magia elaborando ecosistemas en el centro de mis profecías... Estás ahí recortando pájaros de colores, soldando estrellas en la circularidad del tiempo, acomodando clavos para mantener la gravedad a nuestra altura, la carretera de tierra, las noches frías, el desfallecimiento de mis competencias.
A veces me imagino que eres igual a mi estatura, que eres tan malo como yo soy mala, partiendo siempre de lo nuevo y lo real. A veces me imagino hueca para asimilarte, para colocar tus ojos en alguno de mis collares y convertirte en talismán o en conjuro eterno, que te adelantas siempre a todo lo que estoy sintiendo.
Cortina de naturaleza, de tu barba se desprende la miel y flor de tu semilla, de tus poros crecen hojas de selva, animales extintos, inconsciencia interrumpida, en tu garganta ronronea la cascada sanadora de tu aura, ángel de las piedras sagradas, me ayudas a encontrarme al perderme en tu preciosa fantasía.

lunes, 5 de mayo de 2014

Oda Fálica

Me encanta la diferencia, me hago fuerte con ella, me conmueve profundamente, su paradoja de contraste, su familiaridad escondida, este impulso básico de contemplarla y de tragarla, de tenerla adentro y verla exhalar luego de su postura erguida, la mezcla exacta entre los dos para borrar las divisiones, la dicotomía falsa.
Me fascinan tus marcas porque es lo único que no puedo alegar tangible en mis problemas. Me saturan tus comportamientos graves, tu partida desnuda, tu cuero cabelludo y tus pies descalzos, en el propio centro de la Tierra. Me aniquilan los espacios en los que te haces presente, las apariciones de tu caminar emancipado, el llamado salvaje hacia la luna llena con tu sangre hervida, con la frente fruncida y el pulular de los dioses y de las otras vidas haciendo nudos en tu espalda, el soporte de mi contenido, el envase recto de la difícil estadía.

domingo, 4 de mayo de 2014

Equivocada

Capaz y no sientes como yo siento, capaz y eres más sano o menos cuerdo o tal vez yo siempre estoy exagerando, pero por estos instantes, a partir de que empezaste a ser parte y ser visible, los centros de mis pocos equilibrios se mantienen atendidos por tu ubicación tangible, por la materialización de tu espejismo... la brújula que guía mis constantes desubicaciones, porque siempre estoy donde no debo, en el lugar, momento y persona equivocada, con el corazón alterándose de júbilo en la biblioteca prohibida, en los misterios que van a calcinar el alma... enamorándose siempre en su propia rebeldía.